Con el auge de las nuevas fábricas de Innovación vemos conformaciones de nuevos escuadrones ágiles, híper certificados y orientados hacia modelos ágiles, autónomos y horizontales. Sin embargo, por más certificaciones y rediseños de espacios, no están funcionando como decía en el playbook gringo.

Esta seudo-agilidad organizacional con releases cada 6, 12 o más meses, con product owners sin poder y equipos que solo se les permite seguir procesos, es el reflejo de que realmente no queremos Innovar, sino, solo actualizar nuestros modelos de negocio y a nuestros colaboradores al mundo actual.

Si realmente buscamos innovar y transformar nuestras organizaciones, debemos abrir nuestro foco hacia la “rebeldía corporativa”, contar con personas que desafíen los objetivos corporativos, la forma en que se están haciendo las cosas, y derrocar el ritualismo burocrático que consume nuestras organizaciones.